lunes, febrero 25, 2008

condominio

Yo pensé que un amor lo era todo en la vida.
Ahora resulta que mi corazón es condominio.
Unos compraron, y se quedaron ahí, sin que yo pueda hacer nada.
Otros rentaron.
Pero luego los que compraron venden,
y los que rentan se quedán muchos años,
y lo que es peor, unos que compraron, le rentan a otros.
Yo me hago un desmadre.
Y justo cuando me hago a la idea, y empiezo a poner reglas de condóminos...
resulta que la propiedad no es nada más mía.
Llegan socios. Y otros socios, que yo no sabía que lo eran, reclaman su participación.

Camila nació a fin del año pasado, y otra vez me he vuelto a enamorar.